La voz de Martín Insaurralde se impuso sobre los murmullos que poblaban uno de los salones del local de la calle Bolívar. «Con Cristina está todo bien. Pero sin Cristina, con Mariotto, Boudou y D’Elía, no. Que venga Cristina y nos diga cómo va a ser esto», le espetó el intendente de Lomas de Zamora a Fernando Espinoza, presidente del PJ bonaerense y receptor del malestar de parte de los jefes comunales ahí reunidos.
El espacio que con paciencia estaba construyendo el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires entró ayer en crisis. La cuarta reunión, pensada como un encuentro para ampliar y consolidar la unidad de sectores que reconocen el liderazgo de Cristina Kirchner, fue un retroceso. Una docena de intendentes bonaerenses, entre ellos Insaurralde, Ariel Sujarchuk (Escobar), Gustavo Menéndez (Merlo) y Fernando Grey (Esteban Echeverría), dejaron plantado al cristinismo, enojados con Espinoza y La Cámpora.
La piedra de la discordia fue la presencia de Luis D´elía, Amado Boudou y Gabriel Mariotto en el encuentro que se realizó anoche en el teatro Caras y Caretas, sobre la calle Venezuela. Fueron invitados como parte de un grupo de dirigentes de fuerzas kirchneristas que no pertenecen al PJ, como Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella. El cónclave también se abrió para legisladores nacionales y provinciales, y para referentes de distritos no gobernados por el peronismo.
Hasta ayer, el espacio kirchnerista había mostrado más volumen político que el sector que apoya a Florencio Randazzo. Pero las cosas se complicaron. Los intendentes hicieron una previa en la sede del Frente Nacional Peronista, sobre Bolívar, a dos cuadras de Caras y Caretas. Ahí estalló la bronca. «Yo soy intendente. Gané por más del 40 por ciento y no me voy a sentar con D’Elía, que no le ganó a nadie», dijo Sujarchuk. «Es repetir la misma historia y no entender que por muchas de esas cosas se perdió la elección», agregó, enojado.
Espinoza, articulador del espacio junto con Máximo Kirchner, intentaba poner paños fríos. Algunos le reprocharon no haberles avisado de las presencias no deseadas. Para tratar de apaciguar los ánimos también llegó desde Caras y Caretas «Wado» De Pedro. En definitiva, el problema de fondo es que sin Cristina Kirchner la unidad del espacio queda en duda.