Para el sector gremial, el discurso de Mauricio Macri sobre «Consensos básicos» se cristalizó ni bien concluyó: el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, les entregó a referentes sindicales un borrador con 140 artículos en los que se detallan los aspectos de la futura reforma laboral. A contrarreloj, los dirigentes tienen hasta el jueves para dar «una devolución».
Se entiende que nada avanzará sin acuerdo ya que lo que quede como versión final llegará al Parlamento para darle forma de ley. Y desde la CGT ya hicieron saber, mirando a los bloques del PJ, que «nada saldrá del Congreso sin nuestro aval».
Lo cierto es que los asesores legales de los sindicatos ya estaban punteando desde anoche el articulado y continuarán así hasta la reunión del jueves.
«Es apresurado decir de qué se trata porque hay que leerlo en profundidad», se desmarcó uno dirigente cegetista. Pero ante la insistencia de Clarín señaló: «No es trágico, pero sí flexibiliza».A contrapelo, desde el Gobierno se mostraron herméticos y evitaron dar alguna definición sobre el dossier entregado a los gremios.
También figura allí una de las cuestiones que más preocupan al Presidente: bajar la litigiosidad laboral. Y ayer lo repitió en el CCK: «La mafia de los juicios laborales es uno de los principales enemigos de la creación de trabajo en nuestro país».
La idea es bajar las cuantiosas cifras que se reclaman y para encararlo lo que se está considerando es quitar la cuestión solidaria. Ejemplo: si un trabajador de seguridad privada de una empresa tercerizada le hace juicio a su empleador, ésta no podrá extenderlo a la compañía que la haya contratado.
El otro punto que se viene escuchando -tanto del Gobierno como de los gremios- y que este diario no pudo confirmar si figura en los 140 artículos- es el que apunta a que el Estado se haría cargo de los aportes a la seguridad social para todos los sueldos inferiores a los $ 10.000 con la intención de generar empleo privado genuino.
También figura allí una de las cuestiones que más preocupan al Presidente: bajar la litigiosidad laboral. Y ayer lo repitió en el CCK: «La mafia de los juicios laborales es uno de los principales enemigos de la creación de trabajo en nuestro país».
La idea es bajar las cuantiosas cifras que se reclaman y para encararlo lo que se está considerando es quitar la cuestión solidaria. Ejemplo: si un trabajador de seguridad privada de una empresa tercerizada le hace juicio a su empleador, ésta no podrá extenderlo a la compañía que la haya contratado.
El otro punto que se viene escuchando -tanto del Gobierno como de los gremios- y que este diario no pudo confirmar si figura en los 140 artículos- es el que apunta a que el Estado se haría cargo de los aportes a la seguridad social para todos los sueldos inferiores a los $ 10.000 con la intención de generar empleo privado genuino.
De boca de un dirigente uno de los aspectos positivos es «la ampliación de los tiempos de licencia».
Por los trascendidos refiere al hecho de extender los días por nacimiento para el padre. Pero también de poder pedir un mes sin goce de sueldo. Y también hay un sub capítulo que menciona «la defensa de la seguridad en el trabajo». Los gremios vienen batallando para que las empresas inviertan en «prevención» cumpliendo con los requisitos para evitar accidentes laborales.
Finalmente, lo último que rescató este diario respecto al borrador de reforma laboral «es que hay un espíritu de flexibilizar trabajadores adaptando ciertos convenios al que rige al personal de construcción en el que se contemplan las contrataciones tipo golondrina; por ahí tenés trabajo tres meses y un mes, no; por lo que este punto toca derechos de los trabajadores».
El capítulo «Jubilaciones» también forma parte del documento que se llevaron los cegetistas y es por eso que este jueves ya está convocada una reunión para que el especialista Eugenio Semino les hablé a los dirigentes.
Valga mencionar que a la salida del CCK hablaron tres dirigentes: por la CGT, Héctor Daer y Sergio Romero y por Las 62 Organizaciones -sector que comulga con el Gobierno- su titular, el ruralista Rubén Ayala. Éste último fue auspicioso de lo escuchado puertas adentro. Romero se mostró cauteloso -«hay que estudiarlo en profundidad», dijo- mientras que el triunviro consideró que «hubo una tirada de títulos y una puesta en escena de muchas cosas» aunque dijo estar «de acuerdo en que haya políticas de Estado que hagan previsible el largo plazo».