Los movimientos sociales se alejan de Hugo Moyano

Como es habitual y desde hace un tiempo en nuestro país, las conmemoraciones por el Día Internacional del Trabajador encontrarán al movimiento obrero dividido. Y, para colmo, con una CGT por ahora sin conducción y en vías de rearmado. No obstante, los que ya definieron qué hacer son los movimientos sociales: marcharán desde Constitución hasta el Monumento al Trabajo, ubicado en Independencia y Paseo Colón, abriéndose de la foto que los juntó en la protesta del pasado 21 de febrero con Camioneros, la Corriente Federal y la CTA.

Clarín reconstruyó que existió una reunión, hace 15 días, de Camioneros, las CTA y los movimientos sociales. Allí, se les propuso a estos últimos armar un acto conjunto en un estadio por el Día del Trabajador.

Antes de irse, los referentes de los movimientos sociales dijeron que estudiarían la propuesta. Pero tras analizarla, la rechazaron.

«No vamos a ir a un eventual acto de Moyano y la CTA, no queremos quedar enredados en internas de la CGT y la CTA. Queremos fortalecer la unidad del sector de cara a la unificación de un sindicato que nos nuclee a todos», resumió a Clarín Gildo Onorato, de la CTEP.

La decisión de las organizaciones sociales puede interpretarse como otro golpe para Hugo Moyano. Un sindicalista, con saña, se preguntó: «¿Vale la pena que piense en recrear un MTA si Camioneros está solo en su cruzada?».

Hugo y Pablo Moyano se mostraban hasta ahora entusiasmados con la recreación del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA). En los 90, desde ese espacio el jefe camionero enfrentó las políticas de Carlos Menem.

Los Moyano aparecen cada vez más aislados. El portuario Juan Carlos Schmid, quien fuera el delfín de Hugo en la CGT cuando se armó el triunvirato en 2016, se abrió a principios del mes pasado para «tener autonomía» y mostrarse cada vez más cerca de las organizaciones sociales. Ya divorciado del jefe camionero, el portuario tiene todas las fichas para ser uno de los principales oradores del acto piquetero del 1° de mayo.

Antes, la Corriente Federal que lidera Sergio Palazzo ya había anunciado que se bajaba de la reedición del MTA que impulsa Moyano.

Blanco sobre negro la mayor soledad de Moyano quedó expuesta en la marcha por los 42 años del último golpe militar: el histórico moyanista , Julio Piumato marchó en una columna junto a activistas de la Juventud Sindical y al portuario Schmid.

Pablo Moyano, número dos de Camioneros, en cambio, se movilizó junto a un puñado de sindicalistas kirchneristas: el maestro Roberto Baradel, el canillita Omar Plaini, el bancario Sergio Palazzo y el ceteista Hugo Yasky.

A tono con la diáspora, el dirigente social cercano al Papa, Juan Grabois había anticipado a Clarín: «No hay armado con Moyano, lo que hay es una unidad de acción que depende del día a día. Nuestro planteo estratégico es el ingreso formal a la CGT a través de un sindicato».

Pero la soledad de Moyano llegó a lo institucional: está excluido en el rearmado de la futura central obrera. Lo oficializó Omar Pérez, representante de Camioneros en la reunión que tuvo lugar en La Fraternidad el lunes pasado: «No participaremos de esta CGT ni de ninguna otra que pueda organizarse en el futuro cercano».

A propósito de la CGT: diferentes sectores sindicales quieren «fichar» a los dirigentes que en el último tiempo se abrieron del moyanismo. Es el caso, por ejemplo, del panadero Abel Frutos (el 21 de febrero, día de la protesta de Moyano en la 9 de Julio, se mostró en una foto con el ministro de Trabajo Jorge Triaca) y del dirigente del Seguro Jorge Sola.

Los Cayetanos -es el apodo que reciben la CTEP, Barrios de Pie y la CCC- y otros movimientos barriales están en un proceso de refundación bajo una única organización que podría llamarse Sindicato Único de Trabajadores de la Economía Popular (SUTEP).

Contaría con su Consejo Directivo y buscarán entrar a la CGT como un sindicato más; algo que en el corto plazo no tiene cabida porque los que están más fortalecidos para liderar la futura Central obrera, estos son Gordos e Independientes, no quieren saber nada con los piqueteros.