«Prefiero ir al FMI antes que los préstamos de Chávez al 15%»

El ministro de Hacienda y Finanzas; Nicolás Dujovne, insistió en que el Gobierno cumpliría con los nuevos y difíciles objetivos para reducir el déficit fiscal en 2019, conforme defendió la decisión del país de solicitar un rescate de u$s 50.000 millones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

«Procuramos llegar a un acuerdo que no provocara tensión política contraproducente en el país», dijo Dujovne en una entrevista con el Financial Times, al reconocer que un impulso de austeridad demasiado ambicioso podría poner en peligro las esperanzas
del presidente Mauricio Macri de lograr la reelección en las elecciones del próximo año.

Dujovne destacó las cláusulas innovadoras del acuerdo propuesto por Argentina (que permitirán que el Gobierno aumente el gasto en programas sociales y relaje los objetivos de déficit si es necesario) que el fondo «aceptó sin reservas».  Agregó: «Probablemente aplicará este tipo de acuerdo en otros países».

Estos términos socialmente sensibles contrastan con los programas pasados del FMI, entre ellos el último acuerdo de reserva con Argentina que culminó en la crisis financiera de 2001/02 que tuvo graves consecuencias sociales y empañó la reputación del
prestamista multilateral en el país y más allá.

Ya que el FMI está dispuesto a desembolsar u$s 15.000 millones después de que su junta ejecutiva se reúna este miércoles 20, Dujovne insistió en que esto aliviaría la presión sobre el peso, que continuó cayendo a pesar del anuncio del acuerdo del FMI el
7 de junio, perdiendo más de 10% de su valor desde entonces. La continua agitación provocó la renuncia de Federico Sturzenegger al Banco Central, el jueves, quien fue reemplazado por Luis Caputo, hasta ahora ministro de Finanzas.

Aun así, el recién empoderado Dujovne, quien asumirá las responsabilidades de Caputo como ministro de Hacienda, argumentó que la caída del peso era «lógica» ya que sucedió después de varias semanas en el que el tipo de cambio estuvo efectivamente fijado por el Banco Central.

Mientras tanto, la caída en los precios de los bonos durante la última semana se debió
principalmente a un entorno en el cual los inversores buscaban evitar el riesgo en los mercados emergentes, agregó.

La perspectiva de los inversionistas sobre Argentina en los próximos meses determinará el monto del préstamo que el gobierno pedirá de los u$s 50.000 millones que el FMI ha puesto a su disposición.

«Es muy probable que en los primeros trimestres utilicemos la opción de acceder a los desembolsos trimestrales estipulados en el acuerdo, pero luego, a medida que caiga el riesgo soberano y el mercado muestre interés en absorber la deuda argentina a tasas bajas, podremos regresar al mercado. Pero por ahora las tasas del Fondo son muy favorables», dijo.
Ya que saben que va a ser difícil recuperar la confianza de los inversores, Dujovne admitió que tanto Argentina como el FMI habían asumido un gran riesgo para reactivar su relación.

«Somos socios en esto, sin lugar a dudas. Necesitamos la credibilidad proporcionada por un programa con el Fondo, mientras el Fondo debe demostrar que no se equivocó al apoyar a Argentina, ya que había tenido problemas en Argentina en el pasado. Es
un paso importante para el FMI», planteó.

Si bien la actual es una riesgosa apuesta política para Macri, dado que el FMI es ampliamente rechazado en Argentina, Dujovne está «convencido» de que el mandatario será reelegido el año próximo, independientemente del golpe que sufrió la economía
este año como resultado de la corrida cambiaria.

Comparó la desaceleración temporal del crecimiento con un estallido de turbulencia momentáneo en un avión que se superará en el cuarto trimestre, y afirmó que el crecimiento se intensificará en 2019.

Sostuvo que esperaba un aumento interanual del 10% en el gasto de infraestructura en 2019, impulsado por un programa de asociaciones del sector público y privado (PPP) que ya está en marcha.