Palazzo le entregó a Alberto un plan de gestión para el Nación

El gremio de los bancarios le presentó a Alberto Fernández un proyecto para reformular la estructura de inversiones del Banco Nación, que durante el gobierno de Mauricio Macri, se vio seriamente “descapitalizado”. En los próximos días, también le acercarán al presidente electo un segundo paper, de las mismas características, pero sobre el Banco Hipotecario, cuyos principales accionistas pertenecen al Estado Nacional.

El estudio aconseja replegarse en el otorgamiento de créditos para la adquisición de viviendas, volver atrás con algunas de las modificaciones a la Carta Orgánica impuestas por el macrismo; recomponer su tasa de rentabilidad y, entre otros puntos, volver a otorgar asistencia a las pequeñas y medianas empresas, y a las economías regionales.

“Una agenda de futuro”

“El Banco Nación ha estado sometido en los últimos años a una serie de decisiones políticas que afectaron sensiblemente su capacidad operativa, actual y futura. A través de sucesivos cambios normativos la entidad fue descapitalizada y se transformó en una importante ‘caja’ del Tesoro”, se afirma el primer párrafo del documento al que accedió de manera exclusiva Infobae y que lleva el título de: “Situación del Banco de la Nación Argentina”.

En el punto más saliente elaborado por los técnicos de La Bancaria, entre los cuales participaron ex funcionarios del área económica del gobierno kirchnerista, se precisa que: «Es conveniente que el BNA se retire del financiamiento hipotecario de viviendas y que recupere su objetivo fundacional de asistencia a las PyMES y a las economías regionales”.

El paper a Fernández se lo acercó Sergio Palazzo, el secretario general de La Bancaria, durante el almuerzo a solas que mantuvieron el pasado 1 de noviembre en el barrio porteño de San Telmo.

A la salida del encuentro el líder gremial declaró que: “No habíamos tenido la oportunidad de hablar, felicitarlo por la elección, expresarle la preocupación de los trabajadores por la situación social que él comparte, trabajar juntos a la vuelta de su viaje -a México- sobre el pacto social y ver qué aporte puede hacer el movimiento obrero”.

Ante la prensa nada mencionó sobre la carpeta de tapa trasparente que contenía 14 carillas con el estudio realizado por sus asesores económicos sobre el banco público más importante del país.

Bajo el subtítulo de “Lineamientos para una propuesta”, además de aconsejar que las nuevas autoridades, que asumirán a partir del 10 de diciembre, se repliegue de otorgar créditos hipotecarios para la adquisición de inmuebles –como los ahora cuestionados créditos UVA- se aconseja “recapitalizar” de manera “urgente” a la entidad bancaria, aunque se recuerda que esto debe darse en un “contexto de fuertes restricciones fiscales que deja como legado el actual gobierno”.

Los expertos que redactaron el trabajo también reconocen que: “La situación financiera del estado nacional no perite avizorar la posibilidad de disponer en lo inmediato de aportes de capital fresco”.

El informe, que Fernández ya entregó a su equipo de colaboradores, razona que lo más lógico para salir de esta situación es “la reinversión de utilidades”, pero sin embargo aclara que “ello requeriría en primer lugar una modificación de su Carta Orgánica restableciendo el status previo a los cambios introducidos en el año 2018, pero también demandará una activa estrategia de recomposición en su tasa de rentabilidad”.

Sucede que el gobierno nacional había incluido en el proyecto de ley de Presupuesto 2018, un artículo por el cual se obligaba al Banco Nación a transferir al Tesoro 20.000 millones de pesos, al tiempo que modifica la carta orgánica de la entidad.

La medida, entre otras, “perjudico al BNA y lo trasformó en una importante ‘caja’ del Tesoro”, según se lee en el informe al que accedió Infobae.

“Las arcas del Banco Nación verán su contenido reducido. Cuando existe un ‘rojo fiscal’ acuciante, muchas veces, los gobiernos acudieron a esta modalidad de financiamiento del Tesoro Nacional con los fondos del principal banco del sistema financiero argentino”, advirtió entonces la senadora por Río Negro, Silvina García Larraburu, integrante de la bancada del Frente para la Victoria.

También se hablaba de bajar el giro del 20% de las utilidades. Antes de 2018 era solo del 10%.

El informe entregado por Palazzo a Fernández, también menciona que el ROE (Return on Equity) o rentabilidad financiera -mide la rentabilidad obtenida sobre sus fondos propios- “es más bajo que el sistema (bancario) y esto conspira contra su acumulación de capital sin el cual no podrá expandirse”.

Sin vueltas, el descarnado análisis sobre el BNA le advierte al presidente electo que “para alcanzar una mejora en su rentabilidad que sea consistente con la recuperación de su rol de banco de fomento, será necesario garantizar determinadas condiciones” y explica que son, por un lado “devolverle la ventaja competitiva de los depósitos públicos remunerados a una tasa inferior a la de mercado” y por otro lado “impulsar una estrategia dirigida a mejorar substancialmente su eficacia operativa”.

Para lograr este último y deseable objetivo el análisis habla de “incrementar la inserción en el mercado de servicios bancarios en competencia con la banca privada, especialmente en la operatoria del comercio exterior”.

Para eso, se recomienda “generar una sinergia positiva con sus actividades como agente financiero y depositario de los fondos públicos”.