La reducción de subsidios en las tarifas de la empresa de Agua y Saneamiento (AySA) se realizará de manera diferenciada y gradual, en forma progresiva y paulatina para algunos de los usuarios, anunció este martes su presidenta, Malena Galmarini.
Tras recordar que «el agua es un derecho humano» y resaltar que en la Argentina el usuario paga 36% de los que cuesta producir un litro de agua, Galmarini aseguró que «el consumo tiene que ir de la mano del precio, que le pone valor a este recurso».
Para ello, la empresa elaboró un esquema de segmentación mediante la utilización de coeficientes zonales, con «reducción de subsidios de manera diferenciada y gradual, progresiva y paulatina para algunos de los usuarios».
Según Galmarini, los usuarios residenciales tendrán una quita según zonas, y los no residenciales en etapas; al tiempo que se mantendrán las tarifas social y comunitaria; y se contemplará a aquellos que crean que no pueden pagarla.
Además de definir las zonas Capital Federal, Norte, Oeste, Sudeste y Sudoeste, dentro de los usuarios residenciales estarán los de nivel alto, que implican 14% de los casos; medio, 27%; y medio bajo, 47%; mientras que los no residenciales son 9%.
A partir de noviembre los de nivel alto dejarán de percibir el subsidio en su totalidad; los de nivel medio los perderán en dos etapas: en noviembre pasará a ser de 40% y en enero de 20% para llegar a marzo sin subsidios; y los de nivel medio bajarán en noviembre a 45%, en enero a 30% y marzo a 15%, para mantenerlos en ese porcentaje.
Por su parte, los no residenciales mantendrán en noviembre 40% de los subsidios y en enero 20%, y no los tendrán a partir de marzo.
En tanto, los usuarios que tienen la tarifa social (7% de los usuarios residenciales) no tendrán cambios.
Para Galmarini, el impacto que tendrá esta medida en la factura promedio en el segmento alto implicará una suba promedio desde los actuales $841 hasta $2.099 en julio de 2023; los de nivel medio pasarán de $744 a $1.873; y los de nivel medio bajo de $707 a $1.500.
De esta forma, el total que paga el usuario promedio pasará de los actuales $752 a $1.765 a mediados de 2023; mientras que los de la tarifa social se mantendrán en $206; en tanto, los no residenciales pasarían de $1.814 a $7.026
No obstante, Galmarini aclaró que «el impacto sobre los ingresos de los usuarios será menor», al tiempo que recordó que se redujo de 0,8% a 0,2% en los últimos tres años.
«Necesitamos cambiar, segmentar de verdad, para que quienes más tienen y pueden acompañen a los que menos tienen y pueden», concluyó. (Télam)