Ricardo Cirielli: “El kirchnerismo aplaude el conflicto en Aerolíneas porque quiere perjudicar la paz social”

-¿Cómo analiza la escalada en el conflicto sindical en Aerolíneas?

-Es un escenario bastante complicado. Nosotros decidimos salir de esa discusión y llegamos a un acuerdo en la paritaria que vence en septiembre y ya en octubre tenemos que iniciar otra negociación.

-Los pilotos y aeronavegantes rechazaron firmar ese acuerdo salarial e iniciaron medidas de fuerza.

-Si, pero creo que en este país, con la economía como está, no se puede pretender una suma alta pensando en lo que va a pasar. Todos los acuerdos son a corto plazo, porque la economía, la inflación, todo es a corto plazo. Lo que veo es que la situación es complicada porque la empresa estaba yendo por un buen camino que es sanear el déficit y tratar de que en algún momento pueda dar ganancias. Creo que ese momento puede llegar si sigue esta gestión, cuando se incorpore y mejoren servicios de transporte de carga y trabajos a terceros, de mantenimiento. Y entonces no habría excusas para querer privatizarla. Por supuesto que todos tenemos que hacer un esfuerzo y actualizarnos a la realidad económica y social del país. Cambió la época, y hay que analizar bien cómo funciona este gobierno. Milei ganó cuestionando, criticando, siendo un contestatario y un rebelde, y sigue manejándose de esa manera.

– ¿Por eso ustedes optaron por cerrar el acuerdo salarial?

-Si, y hay también una diferencia de metodología con los otros gremios. Porque el paro es la última instancia. Primero hay negociaciones, concientización a la sociedad, todo lo que nosotros hicimos en el conflicto de 2001. Cuando se llega al paro la gente sabe por qué estamos parando, pero si se para y después se va a explicar, la gente no lo entiende.

-¿Esa diferencia de metodología es lo que les permitió en 2001 tener un consenso social amplio en medio del conflicto?

-Seguro, porque ya un año antes habíamos comenzado a informar, a explicar y eso creo que fue el sostén de la pelea. Se demostró que la gente nos acompañaba y nos apoyaba.

-A diferencia de ese conflicto en el que estaba en discusión un ajuste, ahora la raíz de la pulseada es salarial…

-Exacto. Y hay que decir que el salario no cayó con este gobierno, ya venía atrasado con el de Alberto Fernández y con el de Macri también. No es que lo defienda Milei, yo no estoy de acuerdo con Milei, pero no podemos pedirle y exigirle ahora a Milei lo que no pudimos o no supimos pedir con anterioridad.

-¿Y por qué los otros gremios no aceptaron firmar lo mismo y fueron al conflicto?

-Por una cuestión táctica. No tienen una estrategia, solo saben hacer paros, protestar, pero hay que salir de eso. Se están equivocando porque ahora llega un punto donde más que el paro que hay nada. Buscan solidaridad pero no cualquiera va a apoyar. Con el conflicto de los jubilados tampoco la sociedad está saliendo a apoyar, no porque no piense que tengan razón, sino porque está esperando que algún opositor se despierte y se ponga al frente de los reclamos. Escucho a muchos opositores que se asombran porque la gente no hace nada. Qué quieren que haga la gente si los dirigentes políticos son ellos. Seguro que van a esperar dos años para ir a la peluquería, ponerse un traje y salir a buscar el voto, pero la gente ya no es más tonta y se va a acordar.

-¿Qué consecuencias cree que va a tener la escalada del conflicto en Aerolíneas?

-La primera es la reglamentación del derecho a huelga y declarar como servicio esencial el transporte aerocomercial. Eso perjudica al conjunto de los trabajadores porque va a limitar una huelga que se haga en el futuro con cualquier sindicato y por cualquier otro motivo. Nosotros nos oponemos y lo vamos a plantear oportunamente.

-¿Lo van a judicializar?

-Seguro, porque no hay otra manera de hacerlo. Hay fallos de la OIT que nos dan la razón. Pero este no es momento de pelear por eso. Se instaló en la sociedad argentina lo que nunca había ocurrido, que por los paros la misma sociedad, los mismos pasajeros, pidan que se cierre o se privatice Aerolíneas. Y eso es una trampa, porque el pasajero comprende los reclamos de los trabajadores, lo que no entiende es que ellos sean siempre los perjudicados.

-¿Se ha vuelto un paro salvaje?

-No, salvaje a veces son las políticas y nadie dice nada. Es un paro, quizás, a destiempo, pero salvaje no es, eso es un desprecio, un mote que usan algunos para desprestigiar a los sindicatos.

-¿Cree que hay retorno después de este nivel de conflicto?

-Creo que sí. Tiene que haber una diagonal para que salgan de este conflicto, donde las dos partes cedan algo y ganen algo. Si no lo hacen van a llevar a un camino que no queremos que es la privatización o el cierre. Un gobierno cuando asume, asume con todas las empresas, y si ante cada problema que tiene, va a cerrarlo, nos vamos a quedar sin hospitales, sin escuelas. El desafío de un dirigente político es demostrar que sabe gestionar. Más un gobierno como este o como fue el de Macri, que vienen del sector privado. En la gestión de Macri pusieron a Isela Constantini y ella empezó a bajar el gasto, trabajó bastante bien y se comunicaba muy bien con los trabajadores. Cuando en el gobierno vieron que ella andaba bien la echaron porque creo que corrían el riesgo de que una empresa del Estado bien manejada podía ser eficiente y rentable.

-¿Quién cree que puede llevar adelante una mediación, la CGT?

-Puede ser la CGT. El tema es que las dos partes estén de acuerdo con esa mediación. Pero si una de las partes no quiere negociar nada, va a ser imposible. Y por la información que tengo, ninguna de las dos partes quiere ceder. Entonces es complicado porque van a venir más paros, más problemas con Aerolíneas, ya empezaron a caer las reservas un 30%, porque quién va a sacar un pasaje habiendo un conflicto permanente, nadie. Hay que resolver este conflicto y que todos empecemos a tirar para el mismo lado, para que Aerolíneas siga volando y demostrar que una empresa del Estado bien manejada puede ser eficiente y rentable. Milei no creo que se meta en definir si es privada o si es estatal. Lo que si puede definir es la confrontación, en eso sabe y tiene para hacerlo. Y lo que si veo, es la ausencia de la oposición.

-¿Por qué lo remarca?

-Porque la mayoría de los opositores mira al pueblo a ver qué hace y se asombra porque no hace nada. El pueblo es el que sufre los tarifazos, la inflación, y quienes tiene la obligación y el deber de defenderlos es la oposición. Tenemos a Cristina que está encerrada en el Instituto Patria, no sé si jugando a la canasta o al tute, pero no resuelve nada. Massa está desaparecido. Lousteau está cuestionado en su propio partido y el resto de los radicales todavía usan el Windows 3.11 y siguen atrasando. Después está el PRO que como dos adolescentes se están peleando Bullrich y Macri, parece que se codean para salir en la foto en vez de estar haciendo política para la gente. Kicillof está dentro de la pelea de los K, entre un grupo de La Cámpora contra él, se pelean para ellos, pero no para la gente.

-¿Cree que el kirchnerismo está alentando este conflicto?

-El kirchnerismo lo debe estar mirando por la televisión, hinchando por este conflicto, apoyándolo, aplaudiendo este conflicto porque todo lo que sea para perjudicar la paz social ellos lo van a apoyar.

-El Gobierno hace eje también en que Aerolíneas en los últimos años fue una empresa copada por La Cámpora.

-Sí, bueno, fue un territorio de funcionarios de La Cámpora. La usó para ocupar cargos y entrenarse. Kicillof pasó por Aerolíneas, Recalde también. Creo que hacen el entrenamiento ahí.

-¿Negocios también?

-No lo sé, no me consta. Si no lo hubiera denunciado.

-¿Por qué cree que que el Gobierno acelera el conflicto y va a fondo?

-Estamos en una época que la sociedad no la está pasando bien. Hay muchas medidas que perjudican a los argentinos. El caso de Loan lo estiraron para entretener y después vino el tema de Alberto Fernández, y este conflicto le sirve porque es visible. Es un conflicto donde si se comparan los salarios con el resto del país parecen exagerados, aunque no lo sean. Y el Gobierno lo puede usar como un caso testigo para el resto de los sindicatos y el resto del país, para disciplinar. Y acelera también porque del lado de los sindicatos no tienen otra salida. Se metieron en este callejón que no sé cómo van a salir.

-Dice que tienen que aceptar la propuesta salarial, que es racional para todos gremios.

-Creo que si, el Gobierno le está pidiendo a ellos que firmen lo mismo que firmamos nosotros.

-¿Son tan altos los sueldos de Aerolíneas como denuncia el Gobierno?

-No hablo de sueldos altos, lo que pasa es que son bajos los del resto de la sociedad. Lo que pasa es que hay mucha demanda en la actividad en el exterior, entonces se van, los pilotos ganan más afuera que acá, los técnicos también. Entonces si la empresa no sube los salarios, se le van.

-¿El Gobierno tiene una decisión firme de avanzar con la privatización?

-Hoy me opongo a la privatización pero más me opongo al cierre. La privatización puede llegar a ser algo menos malo, lo que no creo es que haya quienes quieran comprarla, porque el mismo Gobierno ya desreguló el mercado aerocomercial con la política de cielos abiertos. Entonces quien va a venir acá a comprar algo que lo puede hacer gratis. Lo que están buscando es reemplazar las rutas que está haciendo Aerolíneas dentro del país, pero hay un problema que no lo están viendo: hay muchas provincias que quedarían incomunicadas si Aerolíneas no vuela y no son rutas rentables, es ahí donde el Estado subsidia. Privatizar Aerolíneas con el mercado económico que tenemos acá, es extranjerizarla porque nadie de acá, aunque quisiera, la puede comprar.

-¿Cómo es su relación con Pablo Biró?

-Es un colega. Hace rato que no hablamos. La última vez que hablé con él fue cuando avisamos que no íbamos a participar del conflicto, que acordábamos la paritaria. Le expliqué la opinión nuestra, porque cuando uno entra en una medida de estas lo primero que hay que pensar es cómo salir.

-¿Los pilotos son una «casta» dentro de Aerolíneas?

-No lo quiero decir ahora. Pero cuando yo entré en Aerolíneas a principios de los 80, sí eran una casta. Hablaban ellos por todo el personal hasta que nosotros dijimos que del tema técnico y de mantenimiento hablábamos nosotros. No les gustó, pero a partir de entonces ocupamos nuestro espacio.

-¿Tiene exceso de personal Aerolíneas?

-No, se ha empezado a bajar bastante, en el caso nuestro se han ido más de 200 compañeros, y ya le planteamos a la compañía que hay sectores que han quedado bastante diezmados.

-¿Cómo observa al sindicalismo y a la CGT hoy en el vínculo con Milei?

-Hablo con algunos de la CGT, tienen experiencia, demasiada, lo que no tienen es renovación ni integración de otras generaciones. Hace muchos años que están ellos y siguen siendo ellos. Y eso no está bueno. Falta aggiornarse a los tiempos modernos y un poco más de impulso, necesidad de cambiar las cosas, y no a veces acompañar tanto a los gobiernos. Ahora hasta Pablo Moyano se está mimetizando con el resto.

-¿Una actitud más combativa necesita la CGT?

-Al menos que discuta más los temas, que cuestione, pero no solo por los diarios, sino que se le plante al Gobierno, le plantee otras alternativas.

-¿Ha sido muy complaciente con los gobiernos?

-Y para mi opinión, si. Ha sido complaciente con todos. Con Milei también.

-Pero ya le hizo dos paros generales que fueron muy cuestionados, uno apenas asumió Milei.

-No digo que haga más paros, pero que tenga una actitud al menos que agarre el micrófono y cuestione y diga lo que está bien y lo que está mal porque se lo marca la sociedad. Y este es un momento único, porque el año pasado no ganó Milei, perdieron todos los otros partidos porque no supieron comprender a importantes sectores de la sociedad. La oposición es la que perdió. Perdió porque le ganó uno que demostró rebeldía. Hay un sector que votó a Milei que creo que está arrepentido, pero la mayoría le tiene todavía más miedo a que vuelvan Macri o Cristina que a Milei y mientras eso se mantenga no van a salir a protestar.