Tras su problema de salud, reapareció Luis Barrionuevo: “Vuelvo con todo, me voy a meter en la interna de la CGT”

Luis Barrionuevo fue internado de urgencia el pasado 1° de octubre por un accidente cerebrovascular (ACV). Estaba en un encuentro con banqueros estadounidenses en un cinco estrellas de Recoleta cuando se descompensó y fue llevado volando en una camioneta al sanatorio Güemes por su chofer, uno de sus nietos y su abogado.

Tras casi tres semanas de internación, le dieron el alta recién hace unos días y aún se le nota la voz diferente. Lo atribuye al propio ACV y a que estuvo intubado durante algunos días, lo que irrita las cuerdas vocales y trastoca la fonación.

Para dar una señal de que está casi plenamente recuperado -«estoy al 99,99%», bromea ante la consulta de Clarín-, este lunes recibió en el sindicato de Gastronómicos a dirigentes de su gremio de diferentes seccionales del Conurbano. Después distribuyeron fotos de la juntada para mostrar que el histórico sindicalista estaba de nuevo en actividad.

Aún se encuentra en etapa de recuperación. Hace natación y ejercicios en un gimnasio con un profesor para mejorar la movilidad en dedos y manos. Adelanta que irá a ver a una foniatra.

«Se me había paralizado todo el lado izquierdo y se me había trabado el habla», cuenta Barrionuevo. Pero enseguida agrega: «Ya camino bien, me muevo bien. Hoy (por este lunes) me hicieron una tomografía y dio que estoy 100% sano. Y ya estoy bien de la presión. El día que me internaron la tenía arriba de 20».

El ACV no le quitó absolutamente nada de su esencia: sigue metido en todo lo vinculado con la CGT, pero también en la interna peronista. Dice, por ejemplo, que mientras aún estaba internado se comunicaron con él Eduardo «Wado» De Pedro y el sindicalista cristinista Sergio Palazzo para consultarle si le interesaba integrar la lista que Cristina Kirchner armaba para enfrentar al riojano Ricardo Quintela en la interna del Partido Justicialista.

El gastronómico tiene buena relación con el dirigente camporista. Es más: el año pasado apoyó la precandidatura presidencial de De Pedro. Pero contestó que no a la oferta. «Estás loco, me estoy muriendo», le exageró. Igual, aclara que no compartiría una lista con Cristina Kirchner.

«Vuelvo con todo»

Tiene planeado juntarse en los próximos días con Armando Cavalieri, secretario general del Sindicato de Comercio. Y después organizar un encuentro con los miembros de la mesa chica de la CGT. «Me gustaría hacer una reunión la semana que viene», anticipa. Y agrega: «Vuelvo con todo, me voy a meter en la interna de la CGT». Se encuentra en estos días en la casa de su nieto, en San Isidro.

La CGT está atravesada por tironeos internos. De un lado se encuentra el sector mayoritario de la central, el que apuesta a la negociación con la administración de Javier Milei. Del otro, el que va por la confrontación directa con la Casa Rosada y que tiene como uno de sus referentes a Pablo Moyano.

Barrionuevo seguirá aliado a los «Independientes» y «Gordos», los dos sectores de mayor peso en la central obrera peronista. Hay algunos dirigentes de esas alas que pretenden que Pablo Moyano se vaya de la CGT, tal como viene amenazando públicamente hace un tiempo.

El jefe de los Gastronómicos fue designado interventor del PJ en 2018 por la jueza Federal María Servini. La misma magistrada que ahora rechazó los planteos de Quintela y allanó el camino para que Cristina Kirchner sea proclamada presidenta del PJ.

Barrionuevo, quien se refiere a la jueza por su apodo de «Chuchi», asegura que la elección interna del pejota era imposible de llevar a cabo por «falta de padrón y de fondos». «Era algo inviable», sentencia.