El proyecto consiste en la instalación del buque de licuefacción “Hilli Episeyo” en el Golfo de San Matías, Río Negro. Este barco tendrá una capacidad de producción de 11,5 millones de metros cúbicos diarios de gas y comenzará a operar en 2027. La primera etapa requerirá un desembolso de US$ 1.650 millones entre 2025 y 2031, mientras que una segunda fase, prevista para 2032-2035, demandará otros US$ 1.250 millones.
Horacio Marín, presidente de YPF, destacó que esta asociación es un paso fundamental para el proyecto “Argentina LNG”, que busca exportar US$ 15.000 millones en GNL hacia 2030. «Este acuerdo marca un hito en nuestra industria energética y refuerza nuestra visión de convertir a Argentina en un importante proveedor global de GNL», afirmó Marín en sus redes sociales.
El proyecto se enmarca en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), un esquema de beneficios fiscales y cambiarios creado por el gobierno de Javier Milei para atraer capitales extranjeros. Hasta ahora, este programa ha generado compromisos de inversión por casi US$ 8.000 millones en diversos sectores, incluyendo minería y energías renovables.
Además de este proyecto, YPF mantiene su intención de construir una planta de licuefacción en Punta Colorada, Río Negro, para exportar GNL a partir de 2031. Sin embargo, la continuidad de Petronas, uno de los socios estratégicos originales, está en duda. Se espera que la definición sobre su participación se concrete antes de fin de año.
Mientras tanto, YPF explora acuerdos con otras compañías internacionales, como Shell, y asegura que el proyecto avanzará más allá de la decisión de Petronas. Según fuentes de la industria, ya se han firmado más de 20 contratos de venta de GNL, lo que refuerza la viabilidad de “Argentina LNG”.
El potencial de Vaca Muerta, que alberga la segunda mayor reserva de gas no convencional del mundo, es clave en estos desarrollos. Con este proyecto, Argentina se posicionará como uno de los principales exportadores de GNL, junto a países como Estados Unidos, Qatar y Australia.
La estrategia también incluye ampliar las exportaciones de gas a Chile y Brasil, lo que refuerza la integración energética regional. Estos avances no solo permitirán diversificar los ingresos del país, sino que también consolidarán su rol en el escenario energético global durante la transición hacia fuentes más limpias.
Este proyecto no solo representa una oportunidad económica para Argentina, sino también un avance significativo en la competitividad de la industria energética nacional. Al ingresar al mercado global de GNL, el país podrá diversificar sus destinos de exportación, captar divisas en un contexto de alta demanda internacional y fortalecer su posición como un actor clave en la transición energética, aprovechando el potencial de Vaca Muerta en un momento estratégico para los mercados energéticos.