Los sueldos en negro más altos que los salarios en blanco

La nueva estadística, con base 100 en octubre de 2016, mostró en febrero de 2017 una suba del 0,9% del índice agregado para la franja de los trabajadores registrados, con 1,3% en la actividad privada y 0,4% en el conjunto de los empleados en la administración pública; en contraste con 2,5% de la tasa oficial de inflación.

Mejor suerte tuvieron los ocupados en negro, los que según la Encuesta Permanente de Hogares que releva salarios, registraron un aumento de 2,9 %.

De ahí que «el índice de salarios total verificó un incremento de 1,3%», luego de asignar el Indec una ponderación de 50,16% para el índice correspondiente al sector privado registrado; 29,91% al del sector público; y 19,93% al componente de empleos privados no registrados.

 El salario promedio en el sector registrado se estima en $20.600 en la actividad privada formal, $22.400 en la administración pública y $10.400 en los empleados en negro
La reconstrucción de la serie histórica a partir de los índices que publicó el Indec permite estimar que el salario promedio en el sector registrado se ubicó en el segundo mes de 2017 en $20.600 en la actividad privada formal; $22.400 en el caso de los ocupados en la administración pública; y $10.400 para los empleados en negro.

Subibaja respecto de la inflación

El Indec estimó que en los últimos doce meses a febrero, el Índice General de Salarios Registrado subió 33,4%, con una banda superior de 34,5% en la actividad privada y 31,5% en la administración pública.

En ese período, la tasa de aumento de los precios al consumidor ascendió a un rango de 34,2% en el caso de la denominada Inflación Congreso y 33,6% en la combinación de variación del IC con la del IPC Indec. De ahí que, virtualmente, en ese período se detuvo la pérdida de poder adquisitivo del ingreso de los trabajadores.

Si en cambio se considera la evolución de la capacidad de compra de los salarios desde que asumió el Gobierno de Cambiemos, el 10 de diciembre de 2015, surge un deterioro del 5% en el caso del promedio de la variación promedio de la remuneración del empleo público, y del 3,3% en el de los privados formales.

En todos los casos se trata de variaciones mínimas que explican un generalizado deterioro del consumo privado hasta el último trimestre de 2016, pero que, según los datos elaborados por la Dirección de Cuentas Nacionales, subió 0,9% en los primeros tres meses del corriente año.