Por Marcelo Elias*
Entramos en el tramo final de una campaña que presenta algunas características especiales.
Quizás una de las más salientes es que el gobierno peronista por primera vez parece no poder contener ni disimular o maquillar la crisis económica y social.
Otra es la aparición de Javier Milei, que parece no haberse desinflado tanto, por primera vez una tercera fuerza que a diferencia de otras, por ejemplo la UCD al FREPASO, no guarda las formas digamos, más clásicas dentro del sistema.
Sin dudar otra novedad es la condición de Ministro de Economía y candidato a presidente de Sergio Massa.
A la crisis económica, el peronismo debe sumar índices de pobreza e indigencia que sin dudas afectan su elec torado, al punto tal que se verifican entre los jóvenes de los sectores más desprotegidos una corrida hacia Milei.
También hay que señalar que posiblemente la capacidad de engaño que hábilmente demostró Cristina en más de un turno electoral, en el 2007 proponía mejorar la calidad institucional, al punto de tomar Alemania como ejemplo, en el 2015 embauco a millones con la candidatura de Alberto, ya no sea tan eficaz.
No parece que la “metarmorfosis” que nos propone con Massa pueda funcionar, ni hacia los sectores moderados, que compraron al Fernandez “bueno” e incluso en otros ligados al kirchnerismo más duro o aliados críticos como Grabois.
Volviendo a Milei no podemos ignorar que a diferencia del 2015 se convierte en una amenaza para la coalición opositora, por lo menos en la primera vuelta, que en el 2015 núcleo todo un porcentaje fuerte de la oposición ( Massa representaba otra cosa) y paso al balotage con una base consolidada.
Por último, en Juntos por el Cambio las diferencias son notables, ni en el PRO, ni en el Radicalismo hay liderazgos ni criterios unificados.
Las diferencias de estilo y en algunos matices de enfoques son elocuentes. La paridad le pone más dramatismo, y además se disputa por la candidatura y se define un posible nuevo liderazgo.
A pesar de esto, creo, el 14 la dirigencia se comportara de acuerdo a las reglas del juego democrático y encararemos octubre con toda la potencia sumada.
Con este cuadro potenciado por la desconfianza que generan las encuestas, la única certeza es, la incertidumbre.
Nos queda pensar sobre la futura gobernabilidad, a mi entender está agotado el tiempo de las alianzas electorales exitosas, que reemplazaron el sistema de partidos, si en el próximo turno no somos capaces de construir una coalición de gobierno exitosa, Argentina puede ser definitivamente inviable.
*El autor es Parlamentario del Mercosur