Ante grandes problemas, grandes soluciones. Esa parece ser la receta que varios clubes de Primera División eligieron ante la crisis económica que afecta a la Argentina en general y al fútbol en particular. El caso de Huracán bien puede tomarse como ejemplo de cómo hace el fútbol para ponerle el pecho a una situación complicada desde lo financiero y con implicancias sociales y culturales.
La gestión que encabeza David Garzón tiene en el vicepresidente segundo, Abel Poza, en la presidenta del fútbol amateur, Patricia González, y en el director deportivo, Beto Robles, a los líderes de un plan de trabajo para las divisiones inferiores que arrancó en marzo del año pasado, y que empieza a dar sus frutos.
A partir de un diagnóstico crudo, Huracán entendió que hacía falta potenciar las Inferiores y a la vez cumplir un rol social: se puso en marcha un plan de detección de talentos y reclutamiento de pibes en los dos primeros cordones del Conurbano y en el Interior del país.
El club propone la firma de convenios de cesión de porcentajes de futuras ventas, lo que evita la aparición de intermediarios y representantes. Al mismo tiempo, les ofrece a los chicos seleccionados una infraestructura que creció en los últimos meses a partir de las deficiencias encontradas: una pensión con todas las comodidades en la que viven 35 pibes y un equipo de médicos, psicólogos, psicopedagogos y nutricionistas que complementan lo estrictamente futbolístico, a cargo de Marcelo Broggi.
La idea de Huracán es que los pibes aprendan en Novena, Octava y Séptima, categorías en las que los resultados deportivos son absolutamente secundarios. La competencia vendrá después, y para ello puso en marcha una refacción integral de La Quemita a cargo de Poza, el responsable del predio.
Las nueve canchas de fútbol incluyen desde marzo una sintética, y una segunda está prevista para diciembre. Se remodelaron los vestuarios de Primera División y todo apunta a la interacción entre profesionales y pibes que recién empiezan. La convivencia, sostienen, funciona como modelo a seguir.
Los primeros resultados empiezan a aparecer: las casi cien personas que trabajan en el fútbol amateur de Huracán, sostenidas en su totalidad por el presupuesto del club, contribuyeron a la formación de proyectos que ya asoman en Primera: Santiago Moya, Patricio Pizarro, Enzo Luna, Valentín Sánchez y Santiago Luján son algunos de los productos de esta refundación de la entidad de Parque de los Patricios.
Profesionalismo para encarar la gestión y espíritu amateur para dedicarle mucho tiempo al club: esa es la fórmula a la que apuestan muchos clubes en épocas de economías complicadas. En eso anda Huracán desde marzo del año pasado.


















